¿Te consideras un buen viajero? Lee este artículo y descubre las actitudes que definitivamente te convertirán en un pésimo visitante. Desde no respetar la ley, hasta sacarte selfies en monumentos de guerra, este pack de comportamientos te hará pensar en el tipo de turista que no quieres ser.
1. Una selfie o un pequeño recuerdo no molesta a nadie
Una actitud particularmente nueva tiene que ver con el poco respeto con algunos lugares rituales y memoriales. Hace algunos años, el fenómeno de las «selfies» tomó fuerza y se volvió una práctica común. El problema es cuando se realiza este tipo de fotografía en lugares que no debe hacerse.
Hace unos años, se instauró una moda donde jóvenes se tomaban selfies en lugares memoriales y de respeto como el memorial de las víctimas del holocausto en Berlín, la casa de Anna Frank o Pearl Harbor. Incluso, el artista Shahak Shapiras lanzó una muestra con algunas selfies tomadas en el Memorial del holocausto en Berlín, transformándolas y uniéndolas con fotos del verdadero holocausto.
Si bien puede parecerte un poco rebuscado, debes entender que estos memoriales o monumentos recuerdan tragedias y recuerdan a víctimas de la guerra o de genocidios. Imagina que alguien osa tomar una selfie en un funeral, ¿No te parece un poco desubicado?
2. ¿Senderos?¿mapas? Esas cosas son de principiantes
Muchos viajeros tenemos el gen de la curiosidad. Nos encanta descubrir nuevos lugares, sobre todo si sabemos que son lugares inhabitados. Pero hay personas que llevan esta actitud al extremo.
En su afán de aventura, estos personajes olvidan una de las máximas de los viajeros: confiar en los mapas, la información y los senderos.
Un caso muy ilustrativo es el de Andrew Gaskell, un joven australiano de 26 años, que decidió hacer un viaje de introspección a la Isla de Borneo (Malasia). Esta isla es conocida por sus parajes vírgenes e inexplorados, teniendo que ir acompañado de un guía para visitarla.
Pero este sujeto no hizo caso y se lanzó a la aventura él solo. Debido a las condiciones climáticas se desorientó y no logró encontrar el camino de vuelta. En resumen, este viajero fue encontrado dos semanas después, totalmente desnutrido debido a que sobrevivió solo de helechos.
3. ¿Y aquí no hay Internet?
Como Millenials estamos acostumbrados a tener Internet, telefonía, servicios básicos y todas las comodidades que la ciudad puede ofrecerte. El problema es que no encontrarás estas comodidades en todos los lugares del mundo.
Hay lugares donde ni siquiera los locales tienen acceso a servicios básicos. Entonces, reclamar porque no existe agua caliente, Internet o dónde comprar es una actitud bastante negativa. Además de pasar un mal rato, harás pasar un mal rato a los locales y ciertamente no te ganarás su aprecio.
En el Salar de Uyuni (Bolivia) por ejemplo, no existe señal telefónica ni de Internet, debido a que es uno de los lugares más inhóspitos del planeta (desierto de sal más grande del planeta). Aquí, reclamar por la falta de Internet es un despropósito, al no tener en cuenta el contexto del lugar que se visita.
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4. Aquí hay puros indios o incivilizados
Quizás esta frase te haya sonado familiar, porque seguramente la has escuchado en algunas oportunidades. Es infaltable el viajero primermundista que cree que está colonizando y enseñándole a los locales lo que él cree que es correcto.
Un caso reciente de esto sucedió en Birmania (Myanmar), donde un ciudadano holandés desconectó unos parlantes que pertenecían a una iglesia budista porque no lo dejaban descansar. Si bien puede no parecer una falta de respeto grave para ti, en este país esta acción representa a una ofensa a la religión budista. En resumidas cuentas este hombre fue a condenado a 6 meses de cárcel con una fianza de aproximadamente $75 USD, la cual pagó. Pero el mal rato se quedará en su memoria.
5.- Seguramente no es delito
En este conteo no podía faltar esta actitud, porque todos no hemos topado con un viajero que se ampara en su calidad de turista para hacer lo que le da la gana. Cuando se viaja al extranjero, se debe tener claro que cada país tiene sus propias leyes y reglamentos culturales.
Un turista alemán, escaló la gran pirámide de Guiza de manera ilegal durante una visita a las afueras de El Cairo (Egipto). Al llegar a la cima, tomó algunas fotografías y bajó. Ya en la ciudad, la Policía lo interrogó y lo dejó en libertad. Si bien esta historia terminó bien, el hombre se arriesgó a 3 años de cárcel, ignorando incluso el consejo de los locales quienes le advirtieron de la situación.
6. Esos animales no están sufriendo
Si quieres ganarte el título de mal viajero no respetar a los animales te deja muy cerca. A pesar de lo conscientes que estemos con la desaparición de especies completas, hay personas que todavía disfrutan de maltratar animales y dañar los ecosistemas.
Ya sea cazando felinos en el amazonas, montando elefantes en medio oriente o alimentando animales salvajes, estás ganándote el título de mal viajero.
Un caso ilustrativo es el de Tailandia, donde entrenan brutalmente a los elefantes para que sirvan de transporte a los turistas. Esta actividad ha sido muy criticada en todo el mundo, pero lamentablemente se sigue realizando.
7. No cuido mi casa, y voy a cuidar un lugar ajeno
Una actitud que se repite en el tiempo es la despreocupación por los lugares que se visitan. Muchas veces vemos turistas o viajeros que no tienen ningún aprecio por nadie. Ya sea botando basura, rayando o simplemente dañando la infraestuctura de lugares turísticos y patrimoniales.
El año 2008, un turista finlandés le arrancó el lóbulo a uno de los moais de la Playa Anakena. Esta acción le costó al europeo una multa de $17.000 USD y la prohibición de entrar a Rapa Nui por tres años. A pesar de la multa, lo más costoso de este caso es el daño patrimonial que provocó este ser humano y, lo peor de todo, sin motivo alguno.
8. No hay que ser desconfiado, aquí se respeta a todos
La mayoría de nosotros aceptamos los Derechos Humanos, pero no todos lo hacen. Existen lugares donde no se respetan los derechos de las personas. Pero como sabemos que tú no eres así, confiamos en que desconfiarás y te asegurarás que esto no pase.
Hay muchas maneras de quebrantar los derechos de un ser humano o de un grupo, como el trabajo infantil, la explotación indígena o el aprovechamiento económico de sectores rurales.
En Andalucía (España), por ejemplo, en 2016 existían alrededor de 7.000 mujeres que limpiaban habitaciones de hotel a menos de 2 euros diarios. Si bien sabemos que es muy difícil rastrear este tipo de situaciones, te recomendamos informarte y elegir bien lo que haces.
Escoge tus actividades en lugares establecidos donde puedas asegurar que los tours y actividades no vulneran a los locales, que promuevan el trato igualitario y el comercio justo.
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